Coloquio

Zoido recordó la necesidad de agudizar el ingenio en época de crisis como la actual y en un ayuntamiento que arrastra una deuda que, según dijo, «seguro que asciende a más de 600 millones de euros». Zoido se comprometió ayer, una vez que el nuevo gobierno haya aterrizado, a diseñar en septiembre el presupuesto municipal para poder aprobarlo en el mes de diciembre.

Zoido asume, además, la herencia de infraestructuras inacabadas que también supondrán un desembolso mayor del previsto a las arcas municipales. Es el caso de los túneles de Bueno Monreal y Los Arcos, cuyos costes se han duplicado y el plazo de ejecución casi se ha triplicado: «No puedo decir cuándo estarán, ni tampoco cuándo estará la Policía Local en La Ranilla».

En este escenario de asfixia económica, Zoido recalcó que va a ser reivindicativo con la Junta de Andalucía a la que, en primer lugar, pedirá «respeto» para todos los sevillanos». «Eso no cuesta dinero», apuntó con ironía para luego relatar sus peticiones que pasan por ayuda económica para construir o mejorar colegios y centros sociales, rehabilitar viviendas, construir la Ciudad de la Justicia, acometer la red completa de Metro y acabar otras infraestructuras.

Otro de los retos del nuevo alcalde -dice que le obsesiona- es mejorar los servicios más básicos, desde la limpieza a los transportes. En este sentido, a preguntas de los asistentes en el Foro Joly, aseguró que no entra en sus planes privatizar empresas de capital municipal, siguiendo el ejemplo de otros ayuntamientos populares. «Hace unas horas hemos constituido el consejo de administración de Emasesa y el objetivo es dar el mejor servicio al menor precio, es lo que puedo decir». Sobre la empresa de transportes, Tussam fue mucho más explícito: «¿Dónde voy con una empresa con 80 millones de deuda? Mi reto es hacerla más competitiva y mejoraré los cuadros directivos».

El nuevo equipo de gobierno asume otras herencias, como el proyecto de la Torre Cajasol. Tras conocerse que el anterior alcalde firmó dos días antes de las elecciones un convenio con la entidad promotora para ceder suelo municipal a cambio de oficinas en el rascacielos, Zoido reiteró que si tiene que llegar a los tribunales para anular dicho acuerdo lo hará, pero que confía en que Cajasol comprenderá que dicho convenio «ni es justo ni ético y el tema quedará ya zanjado». «De todas formas las obras no avanzan mucho…», apuntó.

Y las setas de la Encarnación de las que dijo que, si él hubiera sido alcalde, nunca se hubiera implantado el proyecto. Tampoco hubiera ejecutado el Plan Centro, un blindaje al tráfico privado que derogará en el pleno del 29 de julio, «por coherencia» después de haberlo criticado desde el minuto 1 y haber prometido que lo eliminaría de inmediato a cambio, eso sí, de acometer otras medidas en materia de movilidad que por ahora ni se han concretado ni tienen fecha. De cualquier manera, pasan por la puesta en marcha de líneas de microbuses que atraviesen el centro y la licitación de algún aparcamiento en la corona del centro. También otro en Triana pues, tras las últimas peatonalizaciones , como la de San Jacinto, comercios de la zona han notado la bajada de clientes procedentes del Aljarafe. ¿Significa que está en contra de las peatonalizaciones? «Depende», fue la respuesta para más de una cuestión. Al final, Zoido quiso dejar al menos algo muy claro: que en algunos proyectos puede compartir el fondo, pero no las formas del anterior gobierno.