Coloquio
El comisario de Competencia recordó la importancia de las próximas elecciones europeas. Por primera vez, y en cumplimiento del Tratado de Lisboa, la Eurocámara será la encargada de elegir a los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, a imagen y semejanza, por ejemplo, de la investidura del presidente del Gobierno español en el Congreso de los Diputados.
El nuevo papel del Parlamento Europeo es la causa de la «preocupación» en Bruselas por el auge de «antieuropeos entre los que se encuentran algunos partidos abiertamente fascistas, xenófobos, moderados o no, o euroescépticos». «Los que quieren destruir todo lo que hemos construido en Europa pueden subir de un 20% al 30% del Parlamento», advirtió el vicepresidente de la Comisión Europea, quien señaló que «ninguno de esos antieuropeos sabe cómo salir de la crisis y sólo apuesta por cerrar fronteras y seperarse».
Almunia reconoció que las instituciones democráticas se enfrentan a un problema de credibilidad y que los políticos deben hacer un esfuerzo para explicar «por qué Europa es imprescindible como activo para generar empleo no precario y reforzar el estado del bienestar».
El comisario de Competencia afirmó que «Europa está empezando a salir de la crisis» pero debe afrontar una serie de desafíos para los que los populistas no tienen respuesta. Uno de ellos es la «desigualdad social, que ha crecido a una velocidad igual o incluso mayor que en Estados Unidos». Almunia rechazó que la solución sea el cierre de fronteras o «la desglobalización». «Tenemos aún debates intolerables como el del Reino Unido sobre la presencia de búlgaros y rumanos, cuando son miembros de la UE», destacó el vicepresidente del Ejecutivo europeo, que recordó que «por su composición demográfica, Europa necesita a los inmigrantes».
Otro de los problemas pendientes es el de la competitividad. Europa se está quedando atrás en la revolución energética del shale gas. «Algunas empresas intensivas en energía se están yendo a Estados Unidos por los costes», admitió Joaquín Almunia.
La salida a esta encrucijada es una mayor cohesión europea en todos los ámbitos. «La falta de un mercado único de servicios, telecomunicaciones, energía o internet nos hace débiles frente a Estados Unidos y los países emergentes de ahora y los que serán emergentes en el futuro», afirmó el político español, que reiteró que «hay una tarea inmensa por hacer para que Europa deje de ser un conjunto de unidades nacionales raquíticas». En el coloquio, aludió al papel de China, destinada a convertirse en la primera economía del mundo en una década. «Un problema añadido es que algunos países intentan imitar el modelo chino sin tener en cuenta que no es una democracia ni respeta los valores que Europa defiende», incidió el comisario.
La unión debe alcanzar a las políticas fiscales, ya que Europa se encuentra con imposiciones totalmente divergentes, rayanas en el dumping, en países como Luxemburgo, Holanda o Irlanda . «La respuesta a los beneficios fiscales de otros países considerados paraísos debe ser europea», agregó el comisario de Competencia. En ese sentido, puso en duda la capacidad de España para bajar impuestos, tal y como ha avanzado el Gobierno para 2015. «A todo el mundo le gusta que le bajen los impuestos. Pero España tiene un problema de ingresos», manifestó el integrante del Ejecutivo comunitario, que subrayó que no se recuperarán los volúmenes de recaudación alcanzados durante la burbuja inmobiliaria.
En respuesta a una pregunta del público, Almunia defendió «una estrategia creíble de cumplimiento de objetivos de déficit», aunque puso en cuestión que los plazos sean los adecuados. «Lo importante es el rumbo, no el ritmo», sostuvo.
También fue interpelado sobre la posibilidad de que los titulares de hipotecas puedan exigir una indemnización por los perjuicios causados por el cártel de bancos que manipuló el Euríbor. «Creo que no será fácil demostrar el impacto del fraude a lo largo de la vida de una hipoteca. La cuestión varía si se trata de una operación concreta de derivados», argumentó.