Luis Planas Puchades

El futuro de Andalucía se juega en los próximos días en Europa. De la difícil y tortuosa negociación en Bruselas dependerá que la región reciba cientos de millones menos al año, en fondos estructurales y en ayudas de la Política Agraria Común (PAC), o que mantenga en sus elementos básicos su ficha financiera. En el Consejo Europeo de la próxima semana (22 y 23 de noviembre) se debe decidir el marco financiero plurianual, es decir, con cuánto dinero contará la Unión Europea en los próximos años. Ayer, en el Foro Joly, y con el patrocinio de Aquagest, el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, llamó la atención sobre el «poco debate» que se está generando en España sobre este tema, «a pesar de su importancia».

Esa relevancia es medible en números: desde su ingreso en la UE, Andalucía ha recibido 31.000 millones en fondos de cohesión y 39.000 por la Política Agraria Común. 80.000 millones en total. En cuanto a los fondos estructurales, Planas afirma que el planteamiento andaluz para conservarlos sustancialmente (Europa propone ahora que reciba un 57% de la ficha actual) se basa en que la región sigue teniendo necesidades de convergencia. Se refirió, básicamente, al alto nivel de paro. «Nuestra prioridad ahora debe ser la capacidad de emprender, de competir, formar al capital humano, de ahí la importancia de mantener los fondos. Hay una correlación entre el desempleo y los niveles de formación». Planas calificó de «afrenta» la última propuesta de la Comisión que reduce los fondos entre 2014 y 2020 de 379.243 millones a 309.243.

Respecto a la Política Agraria Común, por la que Andalucía recibe cada año casi 2.000 millones (1.500 en ayudas directas a los agricultores), la última propuesta europea supone un recorte de 20.000 millones. Andalucía, con el apoyo del Gobierno y de todas las autonomías, quiere que se mantenga en al menos 371.700 millones en 2014-2020. «España, ante la UE, va con una sola voz: quiere ponerle un techo a las variaciones de la ayuda a cada agricultor y limitar el grado de convergencia que pretende la Comisión [que es el incremento de la ayuda para los países del Este]».